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MISMO SIGLO

Cuando Elisa se casó con él, don Eduardo estaba vivo, así que no pueden acusarla de profanación de cadáver. Les separaban cuarenta años pero vivían en el mismo siglo, y si hay gente que está enamorada de los faraones del Nilo, no había razón alguna para que Elisa no se enamorase de alguien nacido unas quintas más tarde que Tutankamon.