miércoles

NOVELA TERAPEUTICA

Ahora comprendo que soy libre para estarme quieto entre mis propios brazos. Por las noches todavía leo una novela terapéutica pero no hago caso, así que acabo por aceptar que alguien como yo mejora mucho si lee con la luz apagada. Y en cuanto a la autoestima, es otra cosa totalmente relativa. Antes aspiraba a salir en la primera página de un periódico recogiendo un premio o confesando un asesinato, pero con el tiempo he comprendido que el destino publicitario de algunos hombres es salir en el recibo de la luz.