sábado

LAS AGUJAS DEL RELOJ


Casi nunca estuve satisfecho de lo que hice. Me obsesionaba la idea de que incluso las agujas del reloj me robaban tiempo. Por muy bien que hiciese las cosas, no había una sola noche que no durmiese tan inquieto como cuando de niño volvía casa desde la playa con la sensación de haber desaprovechado el mar.