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UNA CICATRIZ


"Nunca olvidaré a mi buen amigo Antonio. En su mejor año pasaron tantas mujeres por su cama que una cicatriz en su ingle fue el 'best-seller' del 73. Un año más tarde estaba muerto. Cuatro tipos le tirotearon a la salida de un club de alterne. Había tanto plomo en su cuerpo, que le hicieron la autopsia con una báscula. Su sepelio fue un éxito social. En el velatorio, hubo un instante en que algunas mujeres no sabían si rezar por el difunto o tirarle los tejos. Al acabar el apasionado desfile de las chicas alrededor del féretro, otro amigo y yo retiramos de las manos del cadáver quince citas para lo que restaba de mes."