viernes

EL BORRADOR DE UN PERFUME

Ayer volví a recordarla. Fue hace veinte años, una noche como la de ayer, aquel día que se despidió de mí y cuando salí a la calle, de ella sólo quedaba en el aire el borrador de su perfume.
No volví a saber de ella. Pero la recuerdo cada vez que en un piano amaina una nota larga y suave que es como si le pasase al humo de mis cigarros el cepillo con el que ella hacía rezar la melena y los poetas sacaban a la calle la basura y el testamento.