sábado

MILLONES DE EUROS

El Rey se disfrazó de mendigo y bajó al pueblo para acercarse a la casa del zapatero al que le dijo: “ Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima y mis sandalias están rotas, si tu me hicieras el favor.” A lo que el zapatero le respondió: “ Aquí todo el mundo viene a pedir y nadie a dar.” El Rey dijo: “ Yo puedo darte todo aquello que tú necesites.” ¿Tú podrías darme un millón de euros para que yo fuera feliz?. Yo puedo darte diez veces más que eso a cambio de algo; a cambio de tus piernas. A lo que el zapatero le respondió: “ Para qué quiero yo diez millones de euros si no voy a poder caminar sólo”. Puedo darte, continuaba el Rey, cien millones de euros a cambio de tus brazos. El zapatero, inquieto le dijo: “¿ Qué puedo hacer yo con cien millones de euros si no voy a poder comer solo?.” El Rey le hizo la última tentativa al zapatero. Te voy a dar mil millones de euros a cambio de tus ojos. El zapatero, asustado ante el Rey le respondió: “ Qué hago yo con mil millones de euros si no puedo ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos.” El Rey le dijo: "Ah, hermano, hermano, qué fortuna tienes y no te das cuenta".

viernes

SALTAR AL VACIO

El veneno me engorda y he vencido por fin la tentación de saltar al vacío. He aprendido que la libertad no consiste en correr a lo largo sino en correr por dentro, en ser un atleta interior, un fondista del pensamiento.

TURRON DE ANSIOLITICOS

No conviene dejarse llevar por el pesimismo. Una vez que lo hice acabé en el diván del psiquiatra comiendo turrón de ansiolíticos. Juraría que fueron los días más terribles de mi existencia. Quería recuperar mis ilusiones pero no podía. Mi sueño recurrente era soñar que era insomne. No le veía sentido a mi vida. Revisados ahora, mis textos de entonces parecen escritos con el bombo de la lotería. Estaba desesperado. Me abrumaba la sensación de haberme mudado a un piso que daba al interior de otro piso. Lo más consistente de mi maldita cabeza era la foto del pasaporte.

jueves

PALOMAS ENCARNADAS

A mi vecino le estalló una bomba bajo el asiento del coche una madrugada que salía del bar de la esquina: fue terrible. Yo no estaba allí, pero me dijeron que la sangre del pobre hombre tardó varios segundos en volver al suelo. También me dijeron que durante semanas se vio sobrevolar la ciudad una bandada de palomas encarnadas. Hubo que espantar los perros para que no engordasen. La Policía apareció enseguida. Los agentes traían un sudario y dos calderos. Un tipo me dijo semanas más tarde que a mi vecino le habían hecho la autopsia con una báscula y una calculadora y que el doctor comentó que sólo podría certificar la muerte del 60 por ciento de aquel hombre. "El día del Juicio Final -dijo-, Dios tendrá que resucitarle con la tabla de logaritmos"

LA SONRISA DE LA GIOCONDA

Fueron malos tiempos, aquellos en que comía en un restaurante de mala fama en el que Al Capone tendría que entrar con sus padres. El servicio era deplorable y la cantante habría mejorado amordazada. Pero era un sitio barato, el más barato que conocí en toda mi vida. Una madrugada, otro comensal me explicó el secreto. Me dijo: "aquí asan la carne en una escupidera. La rata más pequeña se merece un chófer. El menú es escaso: te quedas hambriento como si te hubiesen puesto de cena la sonrisa de la Gioconda. Pero es barato, tiene que ser barato un sitio en el que tu cena la calienta el jefe sentándose en ella".

RIMA Y METRICA

Recuerdo la noche que me enamoré de Paula. Le dije que la amaba y le escribí un poema con exacta rima e impecable métrica, en un peculiar estilo aritmético. Un poema lleno de números. Paula me miró y me dijo: "Vamos, hombre, una mujer como yo lo que espera de un hombre es un ramo de flores, no la raíz cuadrada de los presupuestos del Estado”.

EN PRIVADO

Siempre odié verme envuelto en jaleos. Nada de querellas ni abogados. Los asuntos hay que zanjarlos en privado. Hay tipos que se divorcian con un revólver, pero de todos modos es mejor arreglar las cosas en familia. Mi mujer y yo no nos soportamos pero coexistimos: nosotros nos llevamos mal de mutuo acuerdo.

miércoles

DEPORTE

Detesto cualquier ejercicio físico cuya última consecuencia no sea el orgasmo. El esfuerzo deportivo no está hecho para mí. Lo siento, pero sólo podría interesarme en un deporte que se pudiese practicar en taxi y por escrito.

ROSARIO CULTURAL

Es fácil tropezarse de noche con tipos presuntuosos que hablan encadenando frases y aforismos de otros sin interrumpir el entrecomillado para otra cosa que no sea darle un sorbo a la copa antes de continuar el agotador rosario cultural. De todo lo que sale por su boca, a veces tiene uno la sensación de que ni siquiera son suyas la dentadura y la saliva.

CURIOSIDAD

Para ser sincero, son pocas las mujeres cuya sola presencia despierta mi curiosidad. Cuando eso ocurre, trato de imaginar su pasado, sus pensamientos y sus esperanzas, las circunstancias que ensombrece su mirada, como eran el rostro y la vida del hombre que le cambió para siempre el metabolismo y los pasos. Algo así me ocurre en contadas ocasiones. En la mayoría de los casos, cuando me fijo en una mujer, lo primero que me pregunto es cuanto me costarán sus copas.

OSCURO ESPLENDOR

Es el esplendor de los lejanos instantes de felicidad lo que hace insoportable envejecer y a la vez nos permite ser conscientes de lo que hemos vivido y, por tanto, aceptar que el pasado jamás volverá.

viernes

MISMO SIGLO

Cuando Elisa se casó con él, don Eduardo estaba vivo, así que no pueden acusarla de profanación de cadáver. Les separaban cuarenta años pero vivían en el mismo siglo, y si hay gente que está enamorada de los faraones del Nilo, no había razón alguna para que Elisa no se enamorase de alguien nacido unas quintas más tarde que Tutankamon.

ABREVIATURA DE CALCIO

Seguramente acabaré mis días a solas frente al espejo, esperando con paciencia, con clase, con altura, a que se refine en mi cara, como una abreviatura de calcio, la talla de mi cadáver. No habrá a mi lado nadie dispuesto a correr a comprarme aire en la farmacia, así que, en medio de la soledad, pediré morir dormido.

MANCHAS DE DINERO

Hubo momentos de éxito en los que una mujer me prometió abrir nuevos horizontes a mi vida. Le creí, pero estaba equivocado. Era hermosa y parecía encantadora, pero de ella sólo aprendí cuatro posturas nuevas y una receta con ajo y limón para limpiarle a las corbatas las manchas de dinero. Me juró descifrar el horizonte para mí: era mentira.

CARNE DE TERNERA

Conoces mucha gente a lo largo de tu vida. De casi nadie recuerdas nada al cabo de los años. De la mayoría sabes que daban calor en verano. Llega un momento en tu vida en el que tienes la sensación de haberte relacionado con tres toneladas de carne de ternera.

jueves

UN APICE DE FOTOGENIA

Estaba tan delgado que podían cogerme las venas con el abrigo puesto. Del resplandor de los buenos tiempos quedaba en mi cara apenas un ápice de fotogenia, el remanente de la luz de entonces, un simple rescoldo del alias de la personalidad.